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Capítulo 20.

Aunque ya era tarde, Jungkook y Jimin no habían ido a dormir y se encontraban repasando la lista de preparativos para la boda, la cuál sería al siguiente día.

Sí, el tiempo había pasado demasiado rápido.

—¿Qué hay de tu traje de novio? —preguntó Jimin a Jungkook.

—Usaré uno de los que ya tengo. ¿Y tú ya tienes el tuyo?

El de ojos azules asintió con la cabeza, Taehyung y Hyunah le habían regalado el traje que usaría para la boda.

—Bien —contestó Jungkook.

Ambos marcaron con una palomita el cuadro que decía traje de novio, también el de anillos, lugar, invitados, fecha y otras cosas más.

—Creo que es todo —dijo Jimin mirando la lista y notando que todas las casillas tenían palomitas—, pensé que sería más difícil organizar una boda pero todo fue muy fácil.

—Uhum —dijo asintiendo con la cabeza—. Pero todavía falta algo —comentó con seriedad—, terminar el contrato.

—¡Cierto!

Tanto Jimin como Jungkook examinaron detenidamente el primer borrador del contrato, repasando los acuerdos que habían establecido en su primera redacción y quedando satisfechos con su contenido aunque solo había un detalle que más poner; la fecha en que el contrato finalizaría.

—Pensé en el tiempo de validación y creo que con un año bastará —dijo Jungkook—, si hubiera una variable entonces renegociaremos el tiempo, ¿estás de acuerdo?

—Sí, ¿pero cómo se produciría el término del trato? —inquirió—. Digo, ante las personas nos casaremos por amor y separarnos así como si nada creo que será un tanto extraño.

—En eso tienes razón, pero finalizaremos el contrato por medio del divorcio y para que nadie piense que fue un matrimonio falso diremos que nuestra separación se debe a diferencias irreconciliables, que tratamos de hacerlo funcionar pero simplemente fue imposible. ¿Qué te parece eso?

Jimin desvió la mirada y apretó los labios antes de mover la cabeza en señal de acuerdo.

—Me parece bien.

Después de registrar la información en el borrador y escribir el contrato en la computadora, lo imprimieron y firmaron. Ambos conservaron una copia y guardaron el original con cuidado.

Ahora solo debían esperar a que amaneciera.

✧✦✧

La mañana había llegado mucho más rápido de lo que ambos esperaban, pero no perdieron tiempo y empezaron a arreglarse. El primero en salir ya listo de la habitación fue Jungkook, llevaba puesto un traje de color negro y con una rosa blanca en el bolsillo delantero del saco, se sentó en la sala de estar a esperar a su compañero.

Después de esperar un tiempo, salió de la habitación y Jungkook dirigió su mirada hacia él mientras se ponía de pie. Jimin se veía realmente hermoso y radiante con su traje blanco, lo cual tomó por sorpresa a Jungkook, ya que esperaba que usara algo más común. Sin embargo, ese traje definitivamente parecía el atuendo perfecto para un novio en su boda.

—Lamento haberte hecho esperar —se disculpó al llegar a su lado.

Jungkook negó con la cabeza restándole importancia a la espera y observó a Jimin con detenimiento, lo que hizo que el contrario se sintiera un poco nervioso.

Jimin pasó la mano por su cabello para acomodarlo, pero luego la retiró rápidamente. Le había llevado mucho tiempo peinarse y no quería arruinarlo.

—Te ves muy lindo, el traje te quedó mucho mejor de lo que imaginé —halagó Jungkook.

Jimin bajó la mirada y sonrió contento ante el cumplido recibido.

—¿Nos vamos ya? —preguntó el ojiazul con una risita.

✧✦✧

—¿Por qué no veo tu auto?—cuestionó Jimin tras llegar al estacionamiento subterráneo y no verlo por ningún lado.

—No lo sé.

Le resultaba extraño, ya que el día anterior lo había estacionado en su lugar habitual. Se acercó al vigilante del estacionamiento para preguntarle sobre el vehículo y éste le comunicó que el coche había sido trasladado al lavado como él lo había solicitado hace unos minutos.

Jungkook intentó recordar si había encargado esa tarea y si por alguna razón la olvidó, pero su memoria era tan buena que era imposible que se le hubiera pasado, además, ¿por qué pediría que lavaran el coche con el que irían al salón a tan solo poco tiempo de la boda?

«Esto no tiene coherencia. ¿Pero entonces qué ocurrió?» trató de pensar, «bueno, no tengo tiempo para eso»

—Al parecer hubo un malentendido y llevaron el auto a lavar —informó al volver a su lado.

—¿Y ahora qué haremos? —una idea vino a su mente—. Le diré a Taehyung y Hyunah que pasen por nosotros.

—Bien, hazlo.

Jimin se apresuró a sacar su teléfono y a marcarle a su amigo. Tras unos segundos él le contestó.

—Hola Tae, ¿ya estás en camino?

—Sí, pero estamos en medio del tráfico.

—¿Cuánto tiempo crees que tardarán en salir de ahí?

Mm, creo que el tráfico se debe a un accidente así que probablemente tardaremos una hora. Mejor váyanse ustedes dos primero al salón para que estén listos para la ceremonia.

Con un movimiento de cabeza, Jimin le dejó claro a Jungkook que no podían ser transportados por sus amigos.

—Está bien, allá nos vemos. ¿Y Ayla?

La pequeña había pasado la noche en la casa de Taehyung, éste le había dicho a Jimin que la llevaría consigo para que pudiera arreglarse y concentrarse en su día especial.

Aquí está conmigo, no es por nada pero la dejé muy bonita.

—Oww, ya quiero verla. Por favor dale un beso de mi parte.

Enseguida —Jimin escuchó el beso tronado y se rió—. Listo.

—Muchas gracias.

Sí, sí. Ahora anda, vete ya, nos vemos en un rato.

Después de colgar, Jimin estaba a punto de hablarle a Jungkook, pero estaba ocupado enviando mensajes así que decidió esperar. Durante ese tiempo, observó detenidamente a su compañero, quien llevaba uno de sus trajes habituales pero sin duda se veía muy guapo y atractivo.

«Es que ser hermoso es parte natural de él» suspiró y sonrió como un bobo. A pesar de no ser consciente de ello lo miraba de una forma que sugería que estaba completamente encantado por él.

Jungkook fue consciente de la mirada y también de aquella sonrisa más no dijo nada.

—Ya pedí un uber, pasará por nosotros en 10 minutos —le hizo saber, eso sacó de su pequeña burbuja a Jimin y recobró la compostura.

—Bien —contestó.

—Por cierto, ¿crees que vayas a necesitar un pañuelo? —preguntó de pronto.

—¿Para qué ocuparía eso?

—Bueno, Seokjin me dijo: "usualmente en las bodas tu pareja suele llorar", así que quería saber si tú lo harías para...

—No voy a llorar —aseguró tras interrumpir—, ni que fuera una boda real.

—De acuerdo, ¡es bueno saberlo!

✧✦✧

En la sala de fotos del salón, la pareja se encontraba sentada en el sofá, esperando pacientemente a que llegara el momento para salir. El maestro de ceremonia llegó y creyeron que era el momento, sin embargo no era así. Todo estaba preparado para el inicio de la ceremonia, excepto por un pequeño detalle, el juez aún no llegaba y eso fue lo que Seokjin les informó a los futuros esposos.

—¿Y a qué hora llegará? —inquirió Jimin al mismo tiempo que veía a la pequeña Ayla, quien estaba sentada en el regazo de Jungkook.

La pequeña jugaba con él y cada que éste movía la sonaja se reía, le gustaba el ruido de los cascabeles y la forma de cerdito de la sonaja.

—Dijo que estaba en medio de un tráfico y que tardaría unos 40 minutos —informó Seokjin parado delante de ellos.

—Al parecer hoy es el día en que todos se quedan atorados en los tráficos —comentó el ojiverde.

—¿Por qué lo dices?

—Mi amigo Taehyung y Hyunah también estaban atorados hace rato —le respondió Jimin al maestro de ceremonia.

—Oh ya veo, bueno —aplaudió una vez—, yo iré a entretener a los invitados en lo que el juez llega.

—Por favor no les vayas a contar tus chistes —pidió Jungkook apartando la mirada de la bebé para ver a su amigo—, son muy malos.

Seokjin abrió la boca ofendido.

—En realidad no entiendo porqué dices eso pero no te haré caso —tras pronunciar eso, salió rápidamente. Jungkook simplemente movió la cabeza en señal de negación y continuó jugando con Ayla, mientras Jimin soltaba risas en voz baja.

Después de un corto tiempo, los dos adultos se encontraban divirtiendo con la pequeña Ayla, sentados en el suelo sobre la alfombra, mientras la bebé estaba sentada en las piernas de Jungkook. A pesar de los esfuerzos de Jimin, ella no quiso que la tomara en brazos así que por eso el pelinegro la tenía desde hace rato, pero no le molestaba a ninguno.

Veinte minutos más tarde, Hyunah apareció y al ver a los tres les dedicó una tierna sonrisa, expresando su convicción de que formarían una hermosa familia. A pesar de la belleza de la escena, su presencia no tenía ese propósito, sino que venía a informar a Jimin que había alguien esperándolo en la entrada.

—¿Quién me busca?

—No dijo quién era, pero aseguró que tú lo conocías y que debía hablar contigo con urgencia.

Jimin miró hacia un lado, él no le había dicho a nadie más que sus amigos en donde se casaría. Pero pronto se le cruzó por la cabeza que quizás era uno de los cobradores que lo llegó a buscar, eso lo puso nervioso y preocupado. Si no salía, el cobrador haría algún alboroto con tal de que saliera, ya los conocía bien, y si los que estaban en la boda se enteraban de su deuda iban a saber una parte de la razón por la que se casarían.

—¿Puedes quedarte solo con la bebé? —Jungkook asintió con la cabeza, él sonrió levemente en forma de agradecimiento y se puso de pie para después salir junto con Hyunah.

—¿Quieres que te acompañe? —su amigo negó con la cabeza.

—Mejor ve con el señor Kim y...

—¿Evito que diga sus chistes que no hacen reír a nadie?

—Ayúdalo —dijo—, eso era lo que diría.

Ambos se rieron.

Tras separarse, Jimin llegó a la recepción, donde se suponía que lo estaban esperando, pero no encontró a nadie a su alrededor.

—Se fue —expresó su alivio y tranquilidad al tocar su pecho.

Enfrentar a un hombre musculoso y despiadado definitivamente no era algo que le apeteciera. Mostró una sonrisa y se dio la vuelta para marcharse, sin embargo, la persona que estaba buscando no había abandonado el lugar, simplemente se ausentó por un instante y al regresar vio a un joven que se marchaba, por lo que decidió hablarle para confirmar si era la persona que buscaba.

—Disculpe.

Después de escuchar esa voz madura, Jimin se giró y observó rápidamente al hombre que le hablaba; parecía tener alrededor de cincuenta años, con el cabello oscuro que le cubría parcialmente los ojos, y un rostro no tan simétrico. Su altura superaba el metro ochenta y lucía muy delgado, con ropa sucia y muy desgastada, lo que llevó a Jimin a pensar que era un vagabundo.

—Disculpe, ¿usted era quién me buscaba? —investigó con amabilidad.

—¿Acaso ya no me recuerdas?

Jimin se rió con desconcierto pero el fuerte olor a alcohol que desprendía el hombre lo llevó a pensar que tal vez lo estaba confundiendo con otra persona.

—Lo siento, no sé quién es usted —aclaró—, pero si gusta esperar un rato puedo traerle un poco de comida y agua —ofreció amistosamente y sin mala intención—, así que no se mueva de aquí, ya vengo —le regaló una sonrisa antes de darse la vuelta para ir en busca de lo anterior dicho.

—No puedes reconocer a tu padre.

Jimin se detuvo repentinamente, cuestionando si había escuchado correctamente, o tal vez había interpretado mal lo que había oído. Luego, dio media vuelta y volvió sobre sus pasos.

—¿Qué dijo?

—Soy Sungyeol, tu padre.

Al principio, Jimin pensó que era una broma, pero al observar detenidamente su rostro, finalmente lo reconoció.

✧✦✧

Después de jugar y reír durante mucho tiempo gracias a Jungkook, la pequeña Ayla se quedó sin energías y necesitaba descansar para recuperarse. Aunque le gustaba estar con Jungkook, poco a poco sus ojos se cerraron y su cabeza se inclinó, indicando que se estaba quedando dormida pero al mismo tiempo sollozaba.

—Creo que quieres dormir —comentó.

Colocó a la niña en sus brazos y comenzó a mecerla mientras entonaba una canción de cuna, tratando de imitar la técnica que había observado a Jimin utilizar para hacer dormir a Ayla. Después de unos minutos, la niña se quedó dormida y en ese momento llegó Seokjin para decirle que el juez ya estaba allí.

—Es momento de que tú y... ¿dónde está tu prometido? —preguntó tras no verlo—. No me digas que se arrepintió a último momento.

Jungkook negó con la cabeza mientras se acercaba a él y le entregaba a la bebé en sus brazos.

—Cuídala por mí, ya vengo —se alejó y salió de ahí dejando a su amigo con la palabra en la boca.

Fue a la recepción en busca de Jimin, pero no lo encontró, lo que le generó preocupación ya que esperaba que estuviera allí. Recorrió el lugar buscándolo, disimulando su búsqueda cuando era detenido por otras personas. Finalmente lo halló en la salida trasera, iba a llamarlo pero al notar que hablaba con alguien más no lo hizo y se escondió atrás de la puerta.

—¿Por qué has venido? —inquirió Jimin con clara molestia en su voz.

—Quise venir a verte.

—¿Luego de quince años? —soltó una risa sin gracia.

—Soy tu padre y debo estar presente el día de tu boda.

—¿Ahora eres mi padre? —se carcajeó—, no me hagas reír.

—Sé que no debí tomar prestado el dinero que ganabas con tu trabajo y mucho menos dejarte al cuidado de tu abuela, pero en ese momento estaba pasando por un mal estado, el alcohol no me dejaba pensar con claridad. En verdad lo lamento, lo siento mucho.

Sungyeol inclinó la cabeza y dejó que las lágrimas brotaran, mostrando así su arrepentimiento por las acciones que había cometido en el pasado.

—Perdóname por favor —suplicó.

—Si estás intentando conseguir mi perdón —hizo una leve pausa—, te lo daré, te perdono.

Su padre alzó su mirada, mirándolo con una sonrisa.

—¿En serio?

Jimin asintió con la cabeza.

—Y si eso es todo hazme el favor de irte y jamás aparecer en mi vida otra vez.

—¡¿Qué?! —dijo incrédulo.

—Qué esperabas, ¿que al verte y escucharte disculparte corriera a abrazarte, pedirte que te quedes y decirte que te quiero mientras lloro en tus brazos?

Y por más absurdo que sonara, eso era lo que Sungyeol esperaba que hiciera su hijo.

—Eso no sucede así, no me cuidaste cuando estaba a tu lado, te ausentaste por más de una década sin dar señales de vida o preocuparte por mí pero regresas como si nada el día que me casaré.

Observó con lástima y tristeza a su padre notando que, a pesar del tiempo transcurrido, su vida no estaba nada bien y seguía inmerso en el alcoholismo.

—Al verte en ese estado, lo único que puedo pensar es que quieres mi ayuda o algo por el estilo.

—Escuché que te casarías con un empresario, ¿eso es verdad?

—Es cierto.

Jimin notó el brillo en los ojos de Sungyeol y una sonrisa que trató de ocultar sin mucho éxito tras escuchar su afirmación. Eso le reafirmó sus sospechas y le mostró la verdadera razón por la que su padre estaba ahí. En realidad quiso engañarse así mismo con la pequeña esperanza de que su padre en verdad llegó para felicitarlo y desearle lo mejor, que iluso.

—Si estás aquí por dinero entonces vete —dijo antes de que su padre se lo pidiera—, no tengo dinero así que no me pidas ayuda —pasó a su lado para entrar al salón.

Al escucharlos aproximarse, Jungkook se alejó sin ser visto y se regresó antes de que ambos entraran.

—¡¿Te casarás con un heredero y no puedes darme un poco?! Eres un malagradecido, a pesar de que cuando naciste solo llegaste a arruinar mi vida, te cuidé muchos años y gasté mucho dinero en ti, dinero que pude haber gastado en mi. ¡Ahora cómo puedes tratar a tu padre así cuando necesita tu ayuda! —escupió con rabia atrás de él—. ¡Devuelve algo de lo que pagué por ti, maldito mocoso!

—Vete si no quieres que le diga a los guardias que te echen —advirtió tras quedarse parado en el pasillo pero sin darse la vuelta, las lágrimas estaban a nada de hacerse presentes y no quería que Sungyeol viera que sus palabras le afectaron emocionalmente.

—Si no me das dinero van a matarme por no pagar mi deuda —le hizo saber con desespero para persuadirlo.

Jimin se quedó callado un momento, ¿eso era verdad?, posiblemente lo era considerando que siempre apostó en clubes clandestinos. Sin embargo, ¿merecía que él lo ayudara? Negó con la cabeza un par de veces antes de mirar el suelo unos segundos.

—Ni se te ocurra seguirme o ya sabes que pasará, tampoco vuelvas a buscarme —decidió marcharse a pasos rápidos sin hacer caso a los llamados de su padre, quien no se atrevió a seguirlo después de la advertencia previa.

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